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viernes, 14 de junio de 2013

Siempre estuvo ahí

Es una historia que escribí sobre alguien de quien aprendí el verdadero valor del tesoro más preciado que poseo, mi tesoro de estar vivo. Un homenaje a su memoria y a su vida, un hombre anómino como otros tantos, lo verás pasar por la proxima avenida... 

Nuestro encuentro llevó a otro, la amistad surgió temprano. Quedamos algunas tardes de aquel cálido verano. Entre cafés y tertulias me habló de su esposa, hijas; las describía, sonreía y besaba su sortija.  Dijo que con la edad de Jesús en la cruz, sintió disipar su vista pero jamás su inquietud; su orientación una lección, su humor una bendición..., la erótica Sharon Stone luce en su imaginación..
Dentro de otra dimensión por una enfermedad extraña, jugó sus cartas y hoy sin más se las apaña, sin la suerte de otros, el temor que más le daña es haber olvidado el rostro de aquellos que le acompañan.

Así es como la vida enseña, miro mis problemas, mira tus problemas.. ¿Qué alma es grande? ¿Cuál pequeña? El destino utiliza las maneras más extrañas, nos concede un futuro pero luego nos engaña. 

Cuando menos lo esperas puede sucederte algo, truncar tu rumbo, cambiar tus actos; el arte de adaptarte y vivir, una lección que aprendí cuando conocí al hombre que siempre estuvo allí...