Esta noche en que no puedo dormir,
que las canciones me despiertan la piel
en la balsa de náufrago que es mi cama
y que un agujero negro es mi mente desbocada,
me estremezco en las palabras que oigo,
que agazapado en mi grieta me encuentran.
Quiero huir como a veces huimos
de nosotros mismos hacia otros.
Y quiero ser aquel que aún no desertó,
que aún sigue buscando la luz.
Como todo aquel que vuelve a querer
olvidada toda traición.
Todos amamos tan ciegamente alguna vez,
que intentaríamos besar la boca al diablo,
peinar el viento.
Todos amamos desesperadamente
mientras va cayendo el ángel borrado
de un Edén prefabricado.
Esta noche que no puedo elegir,
lenguas de fuego lamen mi pedestal
y el volcán rugiente que creía dormido
escupe el desamor creciente;
indolente desamor donde vivo guarecido.
Y quiero ser aquel que no renunciará
en rueda de sedición.
Como todo aquel que vuelve a querer
y es poema que se extravió.
Todos amamos tan ciegamente alguna vez
que moveríamos el mundo con una sola palabra.
Todos amamos desesperadamente
mientras el pájaro metálico escapa
de su jaula de caña.
Todos amamos tan ciegamente alguna vez
cuando amamos desesperadamente...