Desde el momento en que llegamos a esta vida, el tiempo nos gobierna, lo medimos, lo señalamos, pero no podemos vencerlo, ni siquiera hacerle ir más aprisa, ni más despacio... o ¿si podemos? ¿No hemos experimentado todos la sensación de que los momentos preciosos pasan demasiado deprisa, y hemos deseado que duraran más, o se ha parado el tiempo en un día gris y hemos deseado que corriera más?