Hoy su jefe ha sido duro y decidido,
la fragancia de su puro y su amenaza de despido,
dolido por su arrogancia, se ve estúpido y vencido,
arrepentido al ver quien quiso ser y nunca ha sido.
Su autoestima esta dañada, su ilusión vestida en negro,
demasiados malos tragos anclados en su cerebro.
Para en el bar para olvidar y empieza,
tragaperras con cerveza y su cabeza se despeja.
Llega al portal y en el buzón solo hay facturas,
en su corazón fracturas,
duras ataduras cuenta,
un mal día y un mal día y al mes treinta,
otro día y otro y ¿quién no revienta?