La semilla que planto Vicente Ferrer en Anantapur (Andra Pradesh) hace 43 años no solamente sigue dando sus frutos en todo momento, sino que cada día afronta nuevos retos consiguiendo que la sociedad mas pobre de la India no pierda la esperanza y la ilusión en tener un futuro lleno de alegría y sobre todo, lejos de la pobreza y la hambruna.
Desde que se creo, la Fundación ha levantado un total de 1.000 escuelas (una de ellas para ciegos, otra para sordos, otra para niños con Síndrome de Down y otra para niños con minusvalías de todo tipo), cinco hospitales (uno de ellos especializado en el VIH), y 7.000 casas.
En la actualidad, de la mano de su mujer Anna y su hijo Moncho, se sigue con el trabajo que su padre empezó, con mas de 150.000 niños apadrinados y realizando una labor social única en una de las regiones mas desfavorecidas del mundo.
Felicidades.