"No conseguíamos comprender del todo lo que estaba diciendo, porque ella se había acostumbrado a la proximidad de hombres que eran demonios y dioses al mismo tiempo, seres que no podíamos siquiera imaginar y que nunca conoceríamos. Dejamos por eso hablar al viento durante larguísimos momentos, al viento que gemía trayendo unas voces que solo ella conocía."