Llega la última advertencia de la historia. La cual, nos lleva a actuar o, por el contrario, derechos hacia la propia miseria. Ahora existe una nueva generación de revolucionarios que se educa con las lecciones de la opresión silenciosa. Hemos visto fracasar sistemas políticos que, en teoría, eran perfectos para la clase obrera. Demasiadas veces. Desencantados, desilusionados. Hemos podido medir a través de los libros de historia las reputaciones de la Segunda y la Tercera Internacional. Hermosa e inapreciable escuela, pagada con la sangre de innumerables combatientes… Hemos aprendido a juzgar, a prejuzgar y a valorar.
Los cuadros revolucionarios actualmente se agrupan bajo la bandera de la futura Cuarta Internacional. Ya está bien. Un 15-M violento que debe nacer bajo el estruendo de la derrota (producida por esferas pudientes de la sociedad en forma de grandes empresas y politicos), para conducir a los trabajadores hacia una meta final que todos deseamos...